EL VOYEUR Y UNA PELIRROJA DESNUDA
MONTANDO A CABALLO
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Luis Serrano García
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» Lady Godiva y el Voyeur
miércoles, 26 de agosto de 2015
La
fuerte ambición de Lefroic condujo a sus súbditos a una situación insostenible,
pues las altas cargas fiscales a las que estaban subyugados se transformaban en
balas de un juego de ruleta rusa, estando la vida y la muerte bailando
constantemente con ellos. Godiva vio cómo el poder
consumía a su marido e intentó persuadirle. Su intención era que sus pobres y
malogrados subordinados dejaran de sufrir por los tributos tan altos a los que
estaban sujetos, por lo que quiso solidarizarse con ellos. (Podríamos verlo
como el postureo humanitario de la Plena Edad Media, pero no juzgaré, hacedlo
vosotros).
Así
pues, la joven aristócrata le dijo a su marido que era inconcebible lo que
estaba haciendo y que debía disminuir las cargas tributarias que esquilmaban a
sus vasallos. El hombre se lo tomó con humor y, desde luego que aceptó la demanda,
pero con una condición: Lady Godiva debía pasearse por Coventry desnuda montada
a caballo. Ella lo aceptó y, así sucedió. La joven pactó con los habitantes de
la villa, que mientras ella llevara a cabo su cruzada estos se esconderían y no
mirarían hacia el exterior hasta que se marchara. No quería que su desnudez
fuese perturbada. Terminado este evento, tras su
procesión junto a su majestuoso corcel, Lefroic cumplió su promesa y disminuyó
las cargas fiscales de los habitantes de Coventry. Godiva había conseguido su
propósito y, después de todo, había luchado por los desfavorecidos y había
vencido.
Bueno, a ver, espero no ser el único
que lo vea, pero en serio, ¿el marido le dice que la única condición para bajar
los impuestos a sus súbditos es que ella se pasee desnuda por el pueblo? ¿En
serio? ¿Y ella lo hace tan fácilmente? Ya sé que son crónicas del siglo XI,
pero al menos un poco de resistencia en la leyenda. Para empezar, el marido es
un machista de cuidado. ¡Ojo!, pero ella tampoco se salva, ya que según cuenta
la leyenda, ¿le dijo a la gente que se escondiera?, o ¿fue la gente la que se
escondió por miedo a que Lefroic pudiera ofenderse porque miraran desnuda a su
señora? Bajo mi punto de vista, esto suena más a un castigo que le impuso a
Godiva por desafiar su autoridad. Además, esta es otra, qué casualidad que el
joven sastre, como veremos más adelante, se quedara ciego. Quizás alguien se
enteró que miró a su esposa “de más” y no le hizo gracia. ¿Qué pensáis
vosotros?
-
EL
VOYEUR
Ahora
os preguntaréis cómo es posible que una joven y hermosa aristócrata se pasee
por las calles de un pueblo entero y nadie la mire. La curiosidad del ser
humano es tan grande como la montaña más alta de este mundo y como dicen: “la
curiosidad mató al gato” y, en este caso, le dejó ciego. Es cierto que es otra
leyenda más, pero no por ello deja de ser graciosa en ese sentido. Esta
historia dio origen a la palabra popularmente conocida como voyeur. Tom,
un joven sastre, decidió obviar la promesa que todos hicieron a Godiva mientras
paseaba desnuda y echó un ojo para ver los encantos de la joven dama a través
del agujero de una persiana. Sí que echó un ojo, mejor dicho fueron dos, ya que
de una forma muy inquietante se quedó ciego. Sus retinas no pudieron soportar
tal belleza y decidieron sumirle para siempre en la más profunda oscuridad.
Pese a ello, qué mejor forma de dejar de ver para siempre que con la imagen de
una preciosa mujer pelirroja, o eso pensaría él. (Yo, sin embargo, sigo
pensando que fue Lefroic).De
esta forma surge el apelativo “Pepping Tom” (El mirón Tom), siendo en español Mirón
y en francés voyeur, el cual se
define en términos generales como la necesidad de contemplar a personas
desnudas para la propia excitación sexual.
http://www.filmaffinity.com/es/film223977.html
A
ver, la pregunta es simple, quiero extrapolar un poco la puesta en escena
después de haber viajado a la Edad Media y sus curiosas anécdotas. Qué
pensarías si, de repente, en una tranquila mañana de vuestra sencilla y
monótona vida os asomáis a la ventana y veis a una mujer pelirroja desnuda
montando a caballo. Diréis: “¡Eso ya lo hace femen!”. ¡Pues no!, femen no monta
a caballo. Es sencillo, vuestra forma de actuación como entes cosmopolitas que sois sería la siguiente:
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